Porque después de todo, no importa lo fantásticos que nos
crean los demás si no somos capaces de sentirlo interiormente. Cuesta demasiado
romper con las manías y los complejos, porque en el fondo sabes que da igual lo
que todos digan y sólo importa lo que tú sientes y cómo te sientes.
Da igual cómo te vea el mundo, si tu cabeza es un agujero
negro que te absorbe cada vez más es muy difícil llegar a la superficie y
encontrar la luz que se ve en el precipicio. Es complicado salir, no caer en el
intento, volver a empezar…
Pero a fin de cuentas, lo que realmente importa es lograr
salir, enfrentarnos a nuestros propios temores, a los complejos, a todo eso que
nos hace vivir atormentados… porque según sé… la verdadera valentía está en
afrontar todo aquello que nos aterra y vencerlo.
La verdadera magia está en empezar de nuevo, reconstruirnos,
un poco más fuerte, con cicatrices, concienciarnos de que somos capaces de más
cosas de las que creemos. Entender que si queremos algo tendremos que ir a
buscarlo, luchar a cualquier precio hasta conseguirlo y enfrentarnos a nuestro
peor enemigo… nosotros mismos.
¿Por qué… si dejamos que nuestros miedos nos ganen… qué nos
queda?
J. J.
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