Yo sé lo que es vivir al otro lado de esa oscura
línea, esa que siempre te dice que no eres lo suficientemente bueno. Que no
importa lo que hagas porque nunca serás suficientemente alta, nunca tendrás
suficiente pecho o tu pelo nunca será lo suficientemente largo y brillante.
Porque al igual que la mayor parte del mundo
la adolescencia no fue un camino de rosas, pero eso solo los primeros años,
porque tuve la suerte de darme cuenta pronto de algo que cambió mi vida. Yo llevé
la indumentaria Heavy en una época en la que ser rockero no estaba de moda y te
veían como bicho raro, y todo eso porque un día, no sé porque ni como,
comprendí algo que lo cambió todo. Una cosa que me encantaría poder hacer ver a
todas y todos esos adolescentes que sufren e incluso mueren cada día por “no
dar la talla” o “no encajar en el molde”
¿Y saben que fue? Que comprendí mi vida es
mía y nadie va a vivirla mejor que yo, nadie puede decirme que me hace feliz u
obligarme a hacer cosas que no me gustan para poder pasar por el aro. Nadie tiene
perfección suficiente para decirme que me falta belleza o inteligencia, nadie
ha tenido nunca una receta universal para medir cualidades dejando en menosprecio
las de los demás. Porque todo el mundo comete errores, todo el mundo tiene
miedo y complejos. Porque todos somos diferentes, no es algo que se pueda
buscar o comprar en tiendas de moda que nos acaban haciendo a todos iguales, es
algo que nos dan desde que nacemos… porque cada uno de nosotros es un ser
humano increíble e irrepetible por siempre jamás. Y ahí es donde radica la
magia, la clave… porque todos somos especiales, característicos, incomparables.
No somos un producto prefabricado al que le faltan piezas, decoraciones o
complementos, estamos tal cual debemos ser aunque por todas partes intenten
hacernos ver lo contrario; aunque nos quieran vender un prototipo por el que
todos debemos pasar sino no somos válidos… nos están vendiendo historias falsas
para hacernos infelices mientras nos hacen creer que con ellas somos felices.
La vida es demasiado corta, demasiado bonita
y demasiado espectacular para perderla intentando ser uno más de los productos
etiquetados que venden las tiendas mientras el reloj a vuelta, los años avanzan
y el tiempo se va dejándonos atrás. Vivir es más que eso… vivir es ser feliz, es aceptarse,
comprenderse y tener el valor suficiente para luchar por aquello que nos hace
felices y únicos. Porque no importa lo que hagas, siempre habrá alguien que no
le guste, cada uno tiene su forma de pensar y hay personas o más bien seres que
respiran que disfrutan de hacer daño a otros o san tan poco inteligentes que no
son capaces de comprender lo que pueden doler y marcar unas simples palabras
hirientes. Da igual que decisiones tomes, o que cosas elijas hacer, porque
siempre habrán personas dispuestas a criticar y además, lo más importante… no estamos
aquí para complacer a nadie más que a nosotros mismos por tanto lo que otros
digan, ¿en qué nos ayuda? Siempre he pensado que la belleza está en los ojos de
quien la mira, y todos tenemos algo especialmente bello, así que ¿Qué importa
todo el resto que no lo ve? Que vidas tan tristes deben de llevar...
Mis padres suelen decir que cuando alguien
está realmente orgulloso de todo aquello que posee no tiene que presumir de
ello, basta con pasearse con una sonrisa de verdadera felicidad porque tú mismo
sabes que lo tienes y con eso es suficiente. Y eso me hace pensar en esta triste sociedad
tecnocrática en la que la mayor parte de la gente siente la necesidad
irrefrenable de compartir hasta cuándo va a lavarse los dientes. ¿A qué viene ese deseo de contarlo todo? ¿Es
por presumir o es que realmente estamos mucho más solos y necesitados de
contacto de lo que queremos aceptar? Yo sé que muchas veces me escondo detrás
de una pantalla de ordenador, incluso en este blog que no tiene datos
personales (cosa que puede que cambie) pero… ¿nadie se ha dado cuenta de que
somos seres sociales y necesitamos del contacto con otras personas? Sin
intermediarios, sin tecnologías que se pueden malinterpretar, sin artefactos
caros que realmente no nos dan la felicidad. Que lo que realmente necesitamos
es una conversación cara a cara, una sonrisa sincera o una puesta de sol desde
la ventana de tu refugio del resto del mundo. Parece que se nos ha olvidado el
valor de mirar a los ojos de los demás.
Llevo años oyendo que el mundo se está
volviendo loco y nunca lo creí hasta que vi que mientras en una parte del mundo
la gente muere porque no tiene un simple trozo de pan, en el otro la gente tira
comida porque no le gusta. Mientras en una parte del mundo la gente sufre por
gobernantes despiadados que les tienen marginados en la otra, nos regodeamos o
preocupamos sin realmente hacer nada por solucionarlo porque “Somos libreas”. Una
sociedad en la que las mujeres aún seguimos luchando por vivir en igualdad de
condiciones que los hombres mientras que otro tanto compite por ver cual enseña
más o cual es más “sexy” y atrae a más hombres sin ser conscientes de que se
están vendiendo como si fuesen mercancía en un bonito expositor decorados con
los lazos plásticos de una sociedad incapaz de avanzar. Que mientras miramos
una estúpida pantalla todo lo que está alrededor se viene abajo y parece que a
nadie le importa… que hay mujeres que mueren cada día intentando encajar en una
talla perfecta inventada por multinacionales que jamás las utilizarían o que
vivimos comiendo alimentos tan procesados que seguramente era más sano comer
las tartas de tierra que hacíamos de pequeños. Que las personas son cada días
más plásticas tanto física como mentalmente, que el materialismo está de moda y
los sentimientos inventados son lo que se “presta”. Estamos en una dictadura,
una guerra constante, un genocidio controlado y amaestrado de tal forma que no
somos capaces de percibirlo… que nos tienen contentos como a ese perro que se
va acorriendo detrás de una pelota que su amo realmente nunca soltó.
Sé que la mayor parte del tiempo soy
demasiado ingenua y confío mucho en la belleza de un mundo que no se lo merece,
pero tal vez… si consigo compartir o hacer comprender la magia que existe ahí
fuera seamos cada vez más los soñadores que creemos que esto es especial, tiene
solución y podemos realmente ser felices todos sin necesidad de aplastar a los
demás.
J. J.
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