martes, 29 de julio de 2014

Cargas y pesos muertos

Hay muchas cosas con las que cargamos y no deberíamos hacerlo…

Las lágrimas nos pesan, los complejos nos pesan, los problemas nos pesan y los malos recuerdos también.

¿Pero cómo dejas atrás todo eso?

Según tengo entendido, y me gusta pensar que es así; estamos hechos de recuerdos, experiencias y sentimientos.

No cargamos con las personas, tiramos de lo que nos han hecho sentir ya sea bueno o malo… 
Tal vez podamos olvidar lo que ha pasado, pero nunca llegaremos a olvidar como nos hicieron sentir en cada momento.

El problema está cuando no podemos perder el equipaje que nos hace estar tristes, esas grandes maletas de las que siempre tiramos y están cargadas con recuerdos dolorosos y personas que nos han hecho daño. Ese peso muerto que al final nos hace doler todo el cuerpo.
Se supone que de todo eso también se aprende… pero hay algunas cosas que nos gustaría no haber aprendido nunca y otras tantas que volveríamos a pasar aunque duela…

No se puede cambiar lo que ya fue, no podemos predecir lo que nos vendrá, solo podemos jugar con las cartas que nos dan hoy y esperar que sean las mejores… sólo podemos mover las fichas sin pensarlo mucho con la esperanza de que mañana no nos pasen una factura muy cara.


J.J. 

sábado, 26 de julio de 2014

Escalar hasta la superficie y... disfrutar

 Siempre he oído y leído que nuestra mente es nuestro propio enemigo. Y empiezo a creer que es verdad, porque las ocasiones en las que peor he estado han sido esas en las que mi cabeza me ha golpeado hasta dejarme noqueada en el suelo.


Porque después de todo, no importa lo fantásticos que nos crean los demás si no somos capaces de sentirlo interiormente. Cuesta demasiado romper con las manías y los complejos, porque en el fondo sabes que da igual lo que todos digan y sólo importa lo que tú sientes y cómo te sientes.

Da igual cómo te vea el mundo, si tu cabeza es un agujero negro que te absorbe cada vez más es muy difícil llegar a la superficie y encontrar la luz que se ve en el precipicio. Es complicado salir, no caer en el intento, volver a empezar…

Pero a fin de cuentas, lo que realmente importa es lograr salir, enfrentarnos a nuestros propios temores, a los complejos, a todo eso que nos hace vivir atormentados… porque según sé… la verdadera valentía está en afrontar todo aquello que nos aterra y vencerlo.

La verdadera magia está en empezar de nuevo, reconstruirnos, un poco más fuerte, con cicatrices, concienciarnos de que somos capaces de más cosas de las que creemos. Entender que si queremos algo tendremos que ir a buscarlo, luchar a cualquier precio hasta conseguirlo y enfrentarnos a nuestro peor enemigo… nosotros mismos.  


¿Por qué… si dejamos que nuestros miedos nos ganen… qué nos queda? 




J. J.