lunes, 23 de abril de 2012

Lies...

Hoy me encontré “filosofando” sobre las mentiras…

No las entiendo, sinceramente, ya sean grandes, pequeñas, arreglos de la realidad, ocultar alguna parte… como sean no las entiendo.

¿Qué necesidad hay de mentir? Bueno tal vez muchas personas no soporten escuchar sus verdades, pero yo, sinceramente lo prefiero. No me gusta que me pinten o transformen la realidad, es cómo es y si es una pura mierda, pues se acepta y se trata de cambiar.

Para que no duela no me vale de excusa, como si nos hiciesen un favor, si has hecho algo mal ten el valor de aceptarlo junto a sus consecuencias. Por otro lado si te has enterado de algo que puede cambiar las cosas dilo, tal vez la otra persona prefiera eso a la fantasía en la que vive.

Tampoco me parece aceptable por miedo a lo que piensa la otra persona, por que volvemos a lo de antes, si puede enfadarse contigo por lo que haces es que es algo malo por tanto ten dignidad para enfrentar tus malos actos. Y si no tiene derecho a enfadarse o cualquier otra reacción más aún no hay necesidad de ocultarlo.

Bueno no suelo caracterizarme por mi delicadeza a la hora de decir las cosas, pero con toda seguridad prefiero que se alejen porque soy sincera a que se queden por que les pinto la realidad como a ellos les gusta, menudo conformismo más tonto.

La vida no es un camino de rosas, y eso todos lo sabemos, no hay necesidad de maquillar las cosas, todo lo contrario se dejan feas y horribles para que nos den fuerzas de cambiar eso que nos desagrada.

Poner colchones, suavizar la caída, por favor… creo que cada uno debería poder decidir si quiere o no que le pongan una cama elástica en la tierra o prefiere darse de lleno contra ella, nadie tiene derecho a mentir o a decidir las cosas de las cuales otras personas quieren o no enterarse.

Son las cosas de cada uno, sus realidades, sus batalles, sus dolores, sus desengaños… y ocultarlas o modificarlas para que “duelan menos” no colabora para nada. Y si alguien piensa lo contrario estoy dispuesta a escuchar su teoría. 

P/d: en éstas conclusiones no entran las “mentiras” que afectan sólo a cada persona de manera individual, como el típico “estoy bien” cuando todos sabemos que no es así. Cuando hablo de mentiras y falsedades hago referencias a todas esas que afectan a otras personas o podrían cambiar cosas de salir a la luz, no las que nos afectan a nosotros y nada más que a nosotros. 



Creo que la entrada no acaba de ser buena, pero es lo máximo que mi cerebro me ofrece hoy. Jenn..*

lunes, 9 de abril de 2012

Quizás y todo, sea cierto.

En ocasiones te sientes ermitaño. Entiendes que estás bien dentro de tu carcasa, que tu concha te protege de problemas, dilemas, discusiones, daños, sufrimiento y posteriores lloros. Sabes que algún día tendrás que salir de ahí, sabes que en algún momento te verás solo ante el peligro.

Todos te preguntan: ¿Por qué no destruyes esa carcasa?

Yo siempre contesto: Aquí nadie te hace daño.
Alguien susurró: Si, te lo haces tú misma.



Una de esas cosas que encuentro y me hacen pensar...

domingo, 8 de abril de 2012

No, no, no y no

Bueno siempre me meto con el amor y los enamorados, no por experiencia propia, sino por lo que sufren otras personas (yo no me dejo tocar por esas cosas)

Hoy he hablado con una gran persona que aunque intentase ocultarlo se le nota que sufrió por amor, y por favor esa forma de quebrarse su voz al hablar de cuanto había sufrido su hija por un idiota al que mataría… El nudo de mi garganta era enorme.

Pero ahí estaba yo de pie, simulando ser fuerte y con el estúpido pensamiento de que no dejaría jamás a la persona que ame y lucharía contra lo que fuera por tenerle siempre a mi lado.

Fue como si por un instante la sensatez me hubiese abandonado haciéndome pensar cosas sin sentido, nunca me brindaría la posibilidad de verme envuelta en un romance tangible que no formase parte de un libro o una película.


Jenn..*

lunes, 2 de abril de 2012

Delirios varios

Y la verdad es que prefiero mis manías y mis rarezas…
Mi extraña forma de ver el mundo o comprender las cosas, mi estúpida manía de ver todo como sacado de un cuento, de pensar que cada lugar es mágico y que tras cada esquina espera una nueva aventura o una situación especial. Mi forma de refugiarme en los libros, esos extraños “seres” que están ahí los 365 días del año las 24 horas del día cuando a mí se me dé la gana o me hagan falta. Mi facilidad para perderme entre todas las hojas que escribo y las historias que creo que nunca acabaré. Mi extraña pasión por la pintura o el dibujo aunque se me dé completamente mal y la liberación que eso me genera aunque tal vez cueste comprenderlo. La sonrisa tonta con la que me descubro a veces sin querer viendo un hermoso amanecer, lo intensos y preciosos que se ven los colores luego de una larga lluvia o que el viento frío me de completamente en la cara mientras cierro los ojos como si nada importase. Lo que me habría encantado nacer en otra época y ser capaz de analizar cada detalle, hasta el más mínimo. Las peculiares tardes en la que sin darme cuenta me encuentro sentada encima de mi escritorio viendo por la vente como las gotas de lluvia se deslizan lentamente por el cristal o simplemente como pasan incasables multitud de coches y aviones cargadas de cientos de historias que posiblemente jamás llegue a conocer. Lo que me encanta el olor a Té o a vainilla y lo que me agrada hacer tartas aunque todas queden con un aspecto extraño. Como me pierdo imaginando como serían los vídeos musicales de mis canciones favoritas. Lo mucho que me asusta el silencio y lo irracional que esto resulta. Esas mañanas en las que me descubro pensado en alguna persona desconocida preguntándome que estará haciendo y si algún día llegaré a verla. Como retrocedo incansablemente las escenas que me gustan de las películas hasta que pierden el sentido o me las he aprendido de memoria. Mi tonta extrañeza de no gustarme algo o negarme realizarlo y que al final luego de probarlo acabe encantandome. Esos momentos en los que sin razón aparente no tengo ganas de hacer absolutamente nada y me encuentro tirada en la alfombra viendo como la bola disco de mi habitación da vueltas al ritmo imaginario de alguna canción. Lo poco que me importa ser ya mayorcita para ver dibujos animos y lo que me encanta hacerlo. Lo que odio no poder cerrar la boca y cuantos problemas me ahorraría el hacerlo. Como me “peleo” con mi pequeña ahijada y cinco minutos después me río como boba porque me ha dicho algo como que voy preciosa ese día o alguno de sus peculiares comentarios. Lo guardadas que me tenía hasta ahora mis escapadas a ver aviones y la estúpida e incoherente paz que eso me genera. Lo que daría por volver a mi lugar favorito en el mundo cada vez que me haga falta. Cuanto adoro a esas personas importantes en mi vida y nunca se los digo esperanzada de que sepan darse cuenta…
En definitiva mis cientos de peculiaridades, no las cambio por alguien que sea capaz de mirarme a los ojos y deduzca que es lo que está pasando por mi cabeza o que me acompañe silenciosa y gustosamente a hacer alguna de esas cosas que tanto me encantan, que con estar a mi lado sepa que está siendo capaz de ver lo que creo que solo me detengo a observar yo. Me resulta difícil pensar que alguna persona pueda encontrar encantadora o apasionante mi excentricidad, o pueda descubrir manías que ni siquiera yo soy capaz de darme cuenta que poseo, y tal vez sea porque realmente no quiero que eso suceda. Me niego a que alguien se entrometa en todo eso que es mío (aunque tal vez pueda mejorarlo) me niego en rotundo que alguien conozca todo eso que quiero ocultar y que a veces a duras penas dejo entrever en las tontas líneas de este patético blog.



Jenn..*

Saturación de lectura

Y… ¿Qué pasa con todas esas cosas que llaman amor?

Estoy cansada de leerlas en historias, aunque he de admitir que me apasionan. Pero siempre me queda ese amargo sabor de no querer que se hagan realidad.


En todas las historias que leo o veo siempre envían algún mensaje que es precioso pero a mí me resulta irrefrenablemente desagradable…
Cosas como que dos personas que deben estar juntas acabaran estándolo pase lo que pase, aunque que cueste; o como que aunque alguno de los protagonistas se niegue al final acaba tragándose sus palabras enamorado como una de las personas más cursis del mundo; o la que me resulta más inquietante… ¿Qué pasa si se deja marchar a la persona indicada sin darse cuenta?

Suelo ir tan despistada por la vida que ni siquiera me detengo a pensar en estas cosas o “señales” ¿Qué tal si he perdido a alguien importante? Odio éstas estúpidas ideas que me atacan después de haberme atiborrado a leer historias de amor.
Bueno respecto a mi pregunta anterior me encuentro totalmente tranquila, el miedo me salvó de cosas que no sabía debía salvarme
En fin como habrán notado detesto que mi mente deje de obedecerme y se dedique a volar soñando con tontos cuentos de hadas, pero tranquilidad pueblo, escribir esto me ha devuelto los pies a la tierra…

Vuelvo a ser la misma loca de siempre que se come cientos de historias de amor ficticio como si formasen parte de la ciencia ficción, como un género del arte que me agrada pero no es real *Amplia sonrisa de satisfacción y alivio*


Jenn..*