domingo, 19 de octubre de 2014

Una venda en los ojos


 La base de la educación no es sino el respeto, el aprendizaje y la superación personal; pero todo esto parece que se olvida o se deja de lado a la hora de llevarse a la realidad, puesto que los niños y niñas son juzgados por su adaptación y conocimientos de un currículo que no se adapta a ellos/as ni a la sociedad que viven y encima les compara y enfrenta unos con otras. Que quienes aprenden más y más rápido posean más prestigio no es precisamente el retrato de una sociedad justa; se deberían de tener en cuenta todos los avances, por mínimos que sean, puesto que estos también son importantes no una vergüenza, desdicha o deshonra que pueda ser descartada o invisibilidad como si no mereciese consideración alguna por ser tal vez un poco pobre; es decir... 

¿En qué clase de mundo civilizado y humano vivimos, si pasamos por encima y olvidamos intencionadamente a aquellos que no alcanzan o llegan más lentos unos parámetros muy característicos y acomodados para determinadas minorías autodenominadas superiores/ mejores?

El aprendizaje, es después de todo, y aunque a muchos/as se les olvide la adquisición y comprensión de determinados conocimientos, fin; sin tiempos, sin marcas, sin estigmas… es simplemente, llegar a los conocimientos y conservarlos de manera comprensiva, aprovechable. Lo ideal es que se produzca un aprendizaje conjunto aunque sea a ritmos diferentes.

Tristemente todo esto sigue siendo muy complicado y tal vez un poco utópico en los tiempos en que vivimos, en los que prima el individualismo, la conexión mundial sin contacto personal y la presión aplastante de los más fuertes, pese a los siglos de historias y lecciones de superación que han pasado de largo dejando una marca breve o inexistentes en las conciencias de las personas.


La historia de la humanidad está marcada, manchada de estigmas de dominación de los supuestos más fuertes sobre los supuestos débiles, con paradigmas y reducciones sociales falsas que se encargan de encasillar a las sociedades y sus individuos de manera ordenada y conveniente. Y la escuela, siempre vendida y al servicio de quien convenga no se queda atrás en estos menesteres; negando los derechos de las personas diferentes, no necesariamente con necesidades especiales, simplemente distintos a los cánones establecidos.

Es bien sabido también, que se pretende, aunque sea de manera oculta o indirecta mantener el poder y el statu quo tal cual está. Condicionando los avances, descartando personas e invisibilizando otras. Promoviendo la supremacía infiltrada en inocentes publicidades o lecturas que abogan por una sociedad con determinadas características falsas y exageradas, que son prácticamente inalcanzables y que solo pueden tocar aquellos “elegidos” que se aferran al poder y al antiguo funcionamiento de un mundo feudal y esclavista que es vendido por libre, cada vez más igualitario y con infinidad de igualdad de oportunidades.

Nos preocupamos por cosas innecesarias o distractoras que incluso los telediarios fomentan de manera sensacionalista para mantener ocupado al pueblo con cosas “importantes” mientras detrás del telón se tergiversa, manosea y rompe las cosas que realmente son IMPORTANTES. Nos cierran los ojos a lo que ocurre en el mundo entero, juegan con nosotros distrayendo de los verdaderos peligros que nos acechan y nos hacen creer que todo está bien y que somos nosotros quienes decidimos. Nos hacen egoístas, ególatras, misóginos, falsos moralistas, megalómanos, racistas, desalmados… porque realmente no es posible, que después de tantos siglos de progresos, de ser homínidos avanzados y estar rodeados de tecnologías inteligentes, los seres humanos podamos ser tan fríos, tan preocupados de lo nuestro en detrimento de otros, tan interesados en vendernos lo más posible en las redes sociales y descuidando nuestras vidas reales, despreocupándonos de los de fuera porque “están muy lejos”, dejando morir gente y alarmándonos cuando salen casos exagerados sin ser conscientes de que el planeta está consumido, corrupto y herido.

Desgraciadamente seguimos viviendo en una sociedad centralizada, con valores muy arraigados en la superioridad de la raza, el sexo, la edad y las capacidades, una “superioridad” que realmente no puede presentar pruebas reales de su existencia o su valor. Se defiende una mayoría no equitativa, ni realmente definitoria de lo que es la sociedad real y las personas que la componemos. Es una mayoría excluyente, de conveniencia de poder que defiende una superioridad inexistente con argumentos que analizados seriamente no existen.


Además, hay que detenerse a pensar fríamente que tipo de sociedad queremos crear para los niños y niñas del futuro independientemente de sus condiciones cognitivas, físicas, sociales o culturales; una que como ahora, promueva la diferencia, la competición y la superioridad de unos pocos por encima de unos muchos sin voz, o una que defienda las diferencia, las acepte e incluso las fomente, que brinde su apoyo a quien lo necesita y pueda subsistir con una colaboración igualitaria en la que la mayor parte de la población esté lo mejor posible, y no lo mejor que se lo pueda permitir. Una sociedad en la que vemos cómo se van quitando ayudas a personas que no tienen otra forma de vivir, una que cierra los ojos mientras en otras partes del mundo se cometen atrocidades, una que acepta sin rechistar los mandatos algo mentirosos de los gobernante y grandes empresarios o por el contrario una sociedad pensante que vea, hable y defienda todos los derechos que por naturaleza le pertenecen y se le ha hecho creer que no tienen o debe ganarse.

Pero volviendo a la educación, la escuela es desgraciadamente una vendida al mejor postor, por tanto se hace muy difícil generar cambios de libertad, igualdad y equidad que son defendidos por muy pocos/as; por minorías en ocasiones silenciadas. Por minorías que son los únicos capaces de ver los problemas que se tiene al no ser un varón caucásico, de inteligencia media, y con posición económica adecuada. Por minorías que, realmente no son realmente minorías, y además son las únicos capaces de sentir las dificultades, que en ocasiones no saben cómo defenderse o promover un cambio, que han sido borradas y escondidas de las página de la historia como si carecieran de importancia.

De todas maneras no hay que perder la esperanza, y dejarse vencer en la lucha, después de todo… un solo grano de arena es capaz de generar una avalancha, las alas de una mariposa pueden ocasionar un tsunami y el pequeño David fue capaz de vencer a su propio gigante.

J. J

viernes, 15 de agosto de 2014

A tres centímetros

Me quedé suspendida tres centímetros del suelo..

Te quería, como nunca me había atrevido a querer a nadie, dejándome llevar

De una forma insegura, sin credenciales, red de seguridad, ni paracaídas... 

Me lance al vacío de cabeza con la esperanza de que me nacieran alas


Pero no pasó, me quedé suspendida a tres centímetros del suelo... de la tierra, entre tus miedos y tus dudas. 

Entre tus besos y tus despedidas

Entre tus noches y tus días 

Entre tus idas y venidas 

Me quedé suspendida... 

El universo no sabía si salvarme o dejarme caer, y tú tampoco

Me quedé suspendida, a tres centímetros, del centro de la tierra... Donde empieza la vida y acaba tu corazón.




J.J. 

jueves, 14 de agosto de 2014

¿Realidad, fantasía o realidades fantásticas?

Me gustan mucho las películas y los libros, esas historias fantásticas y maravillosas que la mayoría nos pasamos la vida esperando, buscando y nunca llegan...

Pero, hoy me estaba planteando...

¿Realmente quiero vivir en una película o un libro? Hay que ver que todo es fantástico, pero siempre lo acaban cundo empieza lo real, cuando llega el: “y vivieron felices para siempre”, cuando se supone que los personajes realmente empiezan a vivir. 

Pero no nos dicen lo que pasa después ¿Se siguen queriendo siempre? ¿Se aburren? ¿Sus vidas siguen siendo tan interesantes? Son... ¿Felices? ¿O la magia se termina cuando se cierra el libro y se apaga la pantalla?

Todo indica que sí, que en ese momento todo es maravilloso y seguirá así siempre; pero realmente no lo sabemos; claro que lo podemos deducir pero... es realmente predecible y esto, ¿No lo hace tremendamente aburrido? 


J. J. 

martes, 29 de julio de 2014

Cargas y pesos muertos

Hay muchas cosas con las que cargamos y no deberíamos hacerlo…

Las lágrimas nos pesan, los complejos nos pesan, los problemas nos pesan y los malos recuerdos también.

¿Pero cómo dejas atrás todo eso?

Según tengo entendido, y me gusta pensar que es así; estamos hechos de recuerdos, experiencias y sentimientos.

No cargamos con las personas, tiramos de lo que nos han hecho sentir ya sea bueno o malo… 
Tal vez podamos olvidar lo que ha pasado, pero nunca llegaremos a olvidar como nos hicieron sentir en cada momento.

El problema está cuando no podemos perder el equipaje que nos hace estar tristes, esas grandes maletas de las que siempre tiramos y están cargadas con recuerdos dolorosos y personas que nos han hecho daño. Ese peso muerto que al final nos hace doler todo el cuerpo.
Se supone que de todo eso también se aprende… pero hay algunas cosas que nos gustaría no haber aprendido nunca y otras tantas que volveríamos a pasar aunque duela…

No se puede cambiar lo que ya fue, no podemos predecir lo que nos vendrá, solo podemos jugar con las cartas que nos dan hoy y esperar que sean las mejores… sólo podemos mover las fichas sin pensarlo mucho con la esperanza de que mañana no nos pasen una factura muy cara.


J.J. 

sábado, 26 de julio de 2014

Escalar hasta la superficie y... disfrutar

 Siempre he oído y leído que nuestra mente es nuestro propio enemigo. Y empiezo a creer que es verdad, porque las ocasiones en las que peor he estado han sido esas en las que mi cabeza me ha golpeado hasta dejarme noqueada en el suelo.


Porque después de todo, no importa lo fantásticos que nos crean los demás si no somos capaces de sentirlo interiormente. Cuesta demasiado romper con las manías y los complejos, porque en el fondo sabes que da igual lo que todos digan y sólo importa lo que tú sientes y cómo te sientes.

Da igual cómo te vea el mundo, si tu cabeza es un agujero negro que te absorbe cada vez más es muy difícil llegar a la superficie y encontrar la luz que se ve en el precipicio. Es complicado salir, no caer en el intento, volver a empezar…

Pero a fin de cuentas, lo que realmente importa es lograr salir, enfrentarnos a nuestros propios temores, a los complejos, a todo eso que nos hace vivir atormentados… porque según sé… la verdadera valentía está en afrontar todo aquello que nos aterra y vencerlo.

La verdadera magia está en empezar de nuevo, reconstruirnos, un poco más fuerte, con cicatrices, concienciarnos de que somos capaces de más cosas de las que creemos. Entender que si queremos algo tendremos que ir a buscarlo, luchar a cualquier precio hasta conseguirlo y enfrentarnos a nuestro peor enemigo… nosotros mismos.  


¿Por qué… si dejamos que nuestros miedos nos ganen… qué nos queda? 




J. J. 

lunes, 23 de junio de 2014

¿Miedo, ceguera o falta de tiempo?

Tal vez sea demasiado pesimista

O puede que simplemente muy exigente, pero por mi cabeza no ha rondado nunca otro pensamiento. Uno que a veces me da miedo y otras me reconforta, aunque dicen que la soledad no abriga y que los miedos no cobijan.

No paro de pensar que no hay nadie ahí para mí, que todo eso de las almas gemelas es un cuento, que la existencia de una única y especial persona para cada uno de los seres humanos, alguien destinado para nosotros desde que nacemos colocado al azar en cualquier parte del mundo… son sólo ilusiones. Al menos para mí, no puedo ser tan sínica como para ignorar que a mi alrededor hay muchas parejas que han caído justo delante de su persona especial, pero también es cierto, y sobre todo hoy día… que es cada vez más complicado encontrar algo de verdad, algo que no esté manoseado y maltrecho, que no sea falso. 

Con lo baratas y exactas que parecen ser las imitaciones y lo poco que duran al final...


Pero pese a todo, siempre he pensado que no hay alguien así para mí, que quien tenía que partirme por la mitad se olvidó de hacerlo y me dejó completa… sin necesidad de búsqueda y recuperación. Sin otra constelación con la que colisionar para crear verdadera magia.

A veces me pregunto si no habré pasado delante sin detenerme, por tener muchas exigencias, ilusiones, previsiones y fantasías. Pero también me niego a pensar eso, porque no voy a conformarme con algo menos que un poco de magia hecha de maravillosa realidad. O puede que simplemente haya seguido caminado en mis largas épocas de apatía romántica, puede que el tren ya se marchara hace mucho tiempo.

¿Pero qué pasa si estoy esperando algo que de verdad no existe? ¿Y si todo es demasiado fantástico para ser real? ¿Y si me canso de esperar sin siquiera haber empezado?

Tengo que admitir que a veces, cuando me pongo melancólica, en determinados días del mes, me asusta que no aparezca, pero creo que realmente me aterroriza mucho que si lo haga.

¿Y si tal vez sólo soy un unicornio en peligro de extinción? 




A lo mejor mi futura felicidad solo soy sólo yo misma sin necesidad de falsas mitades..
 J.J. 

martes, 10 de junio de 2014

A mi yo del pasado, a mi niña interior.

Mira cariño, da igual ser rara ¿de acuerdo? No importa no encajar, es más, es mucho mejor. Sí, sé que pensarás que me he vuelto loca al decirte esto, pero es la verdad, porque eso te convierte en una persona más especial aún, alguien única e irrepetible, alguien con suficiente valor como para ser diferente en un mundo de fotocopias.

No pasa nada, puede que ahora te sientas extraña, pero más adelante, aparecerán en tu vida personas tan peculiares como tú y otras que no lo sean tanto pero que adoraran o al menos aceptarán de buena gana tus excentricidades.

No te desesperes si las cosas no te salen, no resultan como quieres o no sabes hacerlas, no es el fin del mundo, porque todo llega, todo pasa y hay muchas cosas que con el tiempo pierden importancia.
Lo que ahora te parezca horrible dentro de unos años no lo será, porque las personas crecen, las cosas cambian y los momentos se olvidan.


Sigue siendo así de desvergonzada y natural como lo eras hasta que llegaste a la adolescencia, pero no te preocupes, eso duró poco, no la adolescencia, esa fue horriblemente larga, me refiero a  la vergüenza, somos unas piradas libres y con poca vergüenza desde hace unos cuantos años. 

Lamento informarte de que si... Seguimos teniendo problemas con los chicos, lo que significa que ese príncipe que esperaste tan poco tiempo no ha aparecido, pero tranquila estoy trabajando en ello. Vale no es cierto, no estoy haciendo nada al respecto, pero ya tendremos tiempo así que ahora no nos preocupa. 

Respecto a la ropa... Bueno sé que hicimos muchas promesas sobre estilo, tacones y vestidos pero... No he cumplido ninguna, bueno a veces cuando nos apetece nos arreglamos un poco, pero generalmente estamos igual que siempre, incluso me sirven algunas camisetas. 


Por lo demás no te preocupes, que todas esas cosas que te parecen horribles y que no podrás soportar pasan, te lo prometo. No te digo que no nos vayan a doler mucho, pero sobrevivimos y todo va bien, eso nos hace un poco más fuertes, no te asustes. 

Debes entender también cuando te vuelvas loca con la universidad (desde el principio) que hemos pasado por cosas peores y salimos prácticamente ilesas, así que no te estreses, entristezcas o enfades que todo al final saldrá, aunque cueste.

Bueno supongo que mereces saber que ahora mismo no sabemos que hacer con nuestras vidas y a veces creo que acabaré loca, aunque al menos estoy segura de que estarías orgullosa de lo que somos ahora, así que no pasa nada, de lo que vendrá que se ocupe la del futuro. 


Bueno, a la del futuro, la pequeña y yo esperamos que hayas aprendido a convivir con nuestras manías, seas una mujer increíble sin perder tus peculiaridades y que hayas conseguido dejar de correr en dirección contraria. No te asustes ni te preocupes, recuerda que nosotras confiamos en ti. 


J. J.

domingo, 25 de mayo de 2014

Serendipity

El destino les tenía preparada una sorpresa, sólo que ella aún no lo sabía. ¿Sería capaz de darse cuenta? ¿Lograrían capturarlo?

El día de Charlotte parecía normal como cualquier otro, pero no lo era. Por una parte porque tenía una importante entrevista de trabajo y por otro porque ese día el despertador había decidido entrar en coma y no había cumplido con su función.


De no ser por los obreros de la vecina Prescott que llevaban toda la semana despertándola antes de tiempo, ese día se habría quedado dormida. Ya no tendría tiempo de desayunar, pero no importaba porque tampoco tenía hambre, su estómago estaba cerrado y atenazado por los nervios. Tendría que correr y aun así tal vez llegaría tarde, se subió la falda al tiempo que se ponía los zapatos con demasiado tacón como para poder correr, pero necesarios para tener el aspecto perfecto que había planeado. El pelo era un desastre, pero ya no podría arreglarlo, así que desistió y se hizo un moño lo más apretado posible; finalmente encontró un trozo de pizza de la noche anterior y se lo metió a la boca mientras salía por la puerta arreglándose la bufanda.

De acuerdo, ahora tenía tres minutos para llegar a la parada de metro, algo que normalmente le llevaba cerca de seis o siete, pero ese día no había otra opción. Respiró hondo, se caló el bolso en el hombro y empezó a correr entre la gente con prisa que formaba un mar ocupando la avenida.


Se sentía como un salmón contra la corriente, la idea tonta la hizo reír y perder velocidad justo en el momento preciso porque un hombre de tamaño enorme (de acuerdo, puede que el hombre tuviese la estatura media y ella fuese bajita incluso con zapatos altos) con un abrigo negro que parecía agrandar más sus hombros se chocó con ella, que de no haber estado detenida habría dado con el trasero en el suelo. Giró enfadada, con intención de decirle algo “Un lo siento habría estado bien”, pero sólo vio un pelo oscuro y perfectamente peinado que comenzaba a rizarse a causa de la humedad. Camuflado entre toda la gente vestida con colores que iban del gris al negro pulcros. Se miró a si misma… tal vez se había pasado con los colores, pero su falda verde era la que mejor estaba, al igual que su camisa de seda color morado, los zapatos color crema eran sus favoritos y no se pondría otra cosa, el abrigo… bueno era beige, tal vez podría cerrárselo y no desentonaría tanto porque solo se le verían los zapatos de color similar. ¡La bufanda! Era de color rojo, esa sí que no pegaba con nada… bueno, la intentaría meter apretada dentro del bolso o no, ya vería que hacía, primero tenía que llegar.


Cuando se sentó en el metro habían pasado cinco minutos, si aquel desconocido antipático no la hubiese prácticamente atropellado con su tamaño de monovolumen familiar puede que se hubiese ahorrado un par de minutos, vale… tal vez no era todo culpa suya, también había perdido bastante tiempo asimilando que llevaba más colores encima que el jardín de flores de la reina.

Solo dos paradas más y estaría allí, sólo un poco más y llegaría con cinco minutos de retraso, tal vez un poco más. Pero llegaría. Se distrajo poniendo caras a un bebé muy rubio y con los ojos muy azules así que cuando escuchó el nombre de su parada se levantó de un saltó para conseguir bajar. Sus preciosas medias de seda que tanto le había costado comprar se engancharon a algo por detrás… por favor, seguro le había salido una carrera. “¿Es que ese día se iban a complicar más las cosas?”


Subió corriendo las escaleras mecánicas con miedo de caerse con los zapatos, pero había tanta gente que probablemente nunca tocaría el suelo. Salió fuera esperanzada, si seguía corriendo llegaría no muy tarde, porque con suerte el entrevistador se habría entretenido con otros aspirantes como era normal y tendría unos minutos de regalo, aunque teniendo en cuenta su penosa mañana comenzaba a dudarlo.

Al salir fuera una llovizna de momento suave la abrazó y su pelo, queriendo revelarse como siempre saltó suelto alrededor de su cara. “Genial, al llegar iba a tener un aspecto magnífico” pensó con ironía. Borró todos esos pensamientos malos y corrió el último tramo.

Al llegar estaba bastante empapada y no prestó mucha atención al antiguo y enorme edificio que tanto había llamado su atención cuando estuvo allí la primera vez. Pasó de largo de recepción y entró en el ascensor aunque tenía tanta adrenalina acumulada que podría haber ido corriendo por las escaleras, aunque tuviese que ir hasta la cuarta planta. Empezó a respirar para relajarse y miró a quienes iban allí, un hombre y una mujer muy bien vestidos que ni siquiera repararon en ella por estar enfrascados en una conversación poco productiva sobre el delicioso desayuno que se iban a tomar, lo que hizo que le crujieran las tripas por el hambre y otro hombre detrás de un periódico que soltó algo parecido a una risa cuando oyó su barriga. Le miró enfadada pero solo pudo ver unas manos enormes y preciosas, un cabello oscuro perfectamente peinado y hombros anchos. Lo que le recordó al desconocido que casi la había arrollado, pero no, no podía ser.

La campanilla sonó anunciando su piso y por fin pudo bajarse, miró la hora siete minutos, pero… allí  no había nadie.  Se acercó a la que suponía sería la secretaria que leía con aburrimiento una famosa revista de moda que explicaría su elegante estilo al vestir. La miró un momento y aunque no dijo nada, pudo imaginar que tendría un aspecto bastante desastroso, pero no se amilano, le había costado mucho llegar allí para ahora asustarse.

-          Buenos días, vengo para la entrevista con el señor Danste
   Las entrevistas acabaron hace cuatro minutos – le respondió la elegante mujer sin prestarle mucha atención, “¿Es que acaso todo el mundo era antipático esa mañana
-        ¿Cómo? ¿Cuatro minutos? ¿Y no podría verme? He tenido problemas para llegar aquí de lo contrario no lo habría hecho tarde… por favor, es muy importante para mí.
-       Lo siento mucho pero el señor Danster se ha marchado a desayunar hace un momento, tal vez pueda conseguir concertar otra cita.


Tras decir eso, la mujer volvió a centrar sus ojos en la revista dando por zanjada la conversación. Le dieron ganas de hacer una pataleta, de empezar a saltar y gritar muy fuerte como si fuese una niña.  Miró una vez más a la antipática secretaria, se contuvo de ponerle caras y volvió al ascensor.

No podía ser, había perdido la oportunidad de sus sueños, por la que tanto había luchado… incluso la carrera de esa mañana había sido en vano. Y todo porque el estúpido despertador no había querido despertarla. Tendría que volver a intentarlo, pero teniendo en cuenta lo que le había costado la primera vez, sería muy difícil que le diese otra oportunidad, sobre todo porque había perdido la primera sin justificación.

Salió desganada, llovía un poco más fuerte pero ya no importaba. Caminó despacio hasta encontrar un lugar donde comer, un KFC le vendría de maravilla, un poco de comida basura a media mañana sería el cierre perfecto de un día que había comenzado horrible.


Luego de caminar unas cuantas calles bajo la lluvia, esta vez disfrutando de ella y un poco del frío, encontró un sitio donde poder comer, hizo cola para pedir y por fin se sentó. Había un hombre en la mesa de detrás, pero no prestó mucha atención sólo quería quitarse las medias mojadas que la estaban volviendo loca. Sabía que se moriría de frío luego, pero no conocía sensación más extraña y fea que la de llevar unas medias mojadas, y encima rotas. Tendría que haber pasado por el baño, pero ya no lo había hecho y no iba a ir ahora con la comida. Haciendo un par de movimientos discretos comenzó a bajarlas por pierna procurando disimular.

-         No sé qué haces, pero el adolescente que está dos mesas más allá está a punto de convertir en sopa de babas su hamburguesa.

Se sobresaltó al oír esa voz tan gruesa y rasgada muy cerca de ella, pero además dirigió sus ojos a donde le había dicho, tenía razón. Se quedó quieta, ahora si estaba incómoda, con las medias a mitad de quitar, descalza y con un desconocido de voz sensual a su espalda.

Lo dudó un momento pero finalmente se giró, no sabía si se estaba volviendo loca o era producto de su imaginación pero tenía una sensación extraña. El sintió su movimiento y también se movió, casi se dan en las cabezas, ambos rieron, uno de los sonidos más increíbles que había oído nunca, su estómago dio un vuelco y se puso nerviosa.

-          Lo siento y… gracias.
-          Tal vez no debería haber dicho nada, él parecía encantado – dijo en tono simpático.
-          Demasiado joven para mí – bromeo ella y por fin le miró. Todo el aire abandonó sus pulmones.

Era muy atractivo, tal vez no en el sentido convencional ni tampoco como solían gustarle a ella, pero lo era. Con unos ojos de color gris azulado increíbles que recorrían sus facciones de manera curiosa, un poco de barba y… el pelo moreno perfectamente peinado…

-          Siento lo de esta mañana
-          ¿Perdón?
-          El empujón, hoy en la avenida, llevaba prisa…
-          Pero… - sus ojos se abrieron desmesuradamente

Sabía que ese pelo le resultaba familiar, estaba segura de que esa sensación de conocerle de siempre no significaba que se estuviese volviendo loca. Lo había visto antes y tal vez unas cuantas veces…

Pero… ¿Cuántas posibilidades hay de que ocurra algo así en una gran ciudad?


Porque ella no sabe que no es el primer día que lo ve, que el destino, la casualidad, la vida… llevan meses queriendo juntarles. Hace dos meses entre las góndolas de su supermercado habitual, quien se compró la última de sus chocolatinas favoritas en la tienda del final de la calle, con el que se cruzó mientras corría el último sábado por la mañana, el dueño del paraguas con el que se enredó el suyo en la avenida o quien casualmente se levantó del banco del parque en el que ella se sentó a dar de comer a los patos.

¿Cuántas posibilidades hay de que esto ocurra en una ciudad que tiene más de ocho millones de personas? ¿Cuántas posibilidades hay de reconocer un rostro desconocido entre un mar de personas? ¿Cuántas posibilidades hay de conozcas a alguien en la gran ciudad en un día desastroso, vestida con un montón de colores, bañada por la lluvia y con las medias a medio quitar?


¿FIN?



Serendipia: Es un descubrimiento o un hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando otra cosa distinta. también puede referirse a la habilidad de un sujeto para reconocer que ha hecho un descubrimiento importante aunque no tenga relación con lo que busca. Casualidad, coincidencia o accidente...

J. J.

lunes, 19 de mayo de 2014

We need a new world, now!

Yo sé lo que es vivir al otro lado de esa oscura línea, esa que siempre te dice que no eres lo suficientemente bueno. Que no importa lo que hagas porque nunca serás suficientemente alta, nunca tendrás suficiente pecho o tu pelo nunca será lo suficientemente largo y brillante.

Porque al igual que la mayor parte del mundo la adolescencia no fue un camino de rosas, pero eso solo los primeros años, porque tuve la suerte de darme cuenta pronto de algo que cambió mi vida. Yo llevé la indumentaria Heavy en una época en la que ser rockero no estaba de moda y te veían como bicho raro, y todo eso porque un día, no sé porque ni como, comprendí algo que lo cambió todo. Una cosa que me encantaría poder hacer ver a todas y todos esos adolescentes que sufren e incluso mueren cada día por “no dar la talla” o “no encajar en el molde”


¿Y saben que fue? Que comprendí mi vida es mía y nadie va a vivirla mejor que yo, nadie puede decirme que me hace feliz u obligarme a hacer cosas que no me gustan para poder pasar por el aro. Nadie tiene perfección suficiente para decirme que me falta belleza o inteligencia, nadie ha tenido nunca una receta universal para medir cualidades dejando en menosprecio las de los demás. Porque todo el mundo comete errores, todo el mundo tiene miedo y complejos. Porque todos somos diferentes, no es algo que se pueda buscar o comprar en tiendas de moda que nos acaban haciendo a todos iguales, es algo que nos dan desde que nacemos… porque cada uno de nosotros es un ser humano increíble e irrepetible por siempre jamás. Y ahí es donde radica la magia, la clave… porque todos somos especiales, característicos, incomparables. No somos un producto prefabricado al que le faltan piezas, decoraciones o complementos, estamos tal cual debemos ser aunque por todas partes intenten hacernos ver lo contrario; aunque nos quieran vender un prototipo por el que todos debemos pasar sino no somos válidos… nos están vendiendo historias falsas para hacernos infelices mientras nos hacen creer que con ellas somos felices.


La vida es demasiado corta, demasiado bonita y demasiado espectacular para perderla intentando ser uno más de los productos etiquetados que venden las tiendas mientras el reloj a vuelta, los años avanzan y el tiempo se va dejándonos atrás. Vivir es más que eso… vivir es ser feliz, es aceptarse, comprenderse y tener el valor suficiente para luchar por aquello que nos hace felices y únicos. Porque no importa lo que hagas, siempre habrá alguien que no le guste, cada uno tiene su forma de pensar y hay personas o más bien seres que respiran que disfrutan de hacer daño a otros o san tan poco inteligentes que no son capaces de comprender lo que pueden doler y marcar unas simples palabras hirientes. Da igual que decisiones tomes, o que cosas elijas hacer, porque siempre habrán personas dispuestas a criticar y además, lo más importante… no estamos aquí para complacer a nadie más que a nosotros mismos por tanto lo que otros digan, ¿en qué nos ayuda? Siempre he pensado que la belleza está en los ojos de quien la mira, y todos tenemos algo especialmente bello, así que ¿Qué importa todo el resto que no lo ve? Que vidas tan tristes deben de llevar...


Mis padres suelen decir que cuando alguien está realmente orgulloso de todo aquello que posee no tiene que presumir de ello, basta con pasearse con una sonrisa de verdadera felicidad porque tú mismo sabes que lo tienes y con eso es suficiente.  Y eso me hace pensar en esta triste sociedad tecnocrática en la que la mayor parte de la gente siente la necesidad irrefrenable de compartir hasta cuándo va a lavarse los dientes.  ¿A qué viene ese deseo de contarlo todo? ¿Es por presumir o es que realmente estamos mucho más solos y necesitados de contacto de lo que queremos aceptar? Yo sé que muchas veces me escondo detrás de una pantalla de ordenador, incluso en este blog que no tiene datos personales (cosa que puede que cambie) pero… ¿nadie se ha dado cuenta de que somos seres sociales y necesitamos del contacto con otras personas? Sin intermediarios, sin tecnologías que se pueden malinterpretar, sin artefactos caros que realmente no nos dan la felicidad. Que lo que realmente necesitamos es una conversación cara a cara, una sonrisa sincera o una puesta de sol desde la ventana de tu refugio del resto del mundo. Parece que se nos ha olvidado el valor de mirar a los ojos de los demás.


Llevo años oyendo que el mundo se está volviendo loco y nunca lo creí hasta que vi que mientras en una parte del mundo la gente muere porque no tiene un simple trozo de pan, en el otro la gente tira comida porque no le gusta. Mientras en una parte del mundo la gente sufre por gobernantes despiadados que les tienen marginados en la otra, nos regodeamos o preocupamos sin realmente hacer nada por solucionarlo porque “Somos libreas”. Una sociedad en la que las mujeres aún seguimos luchando por vivir en igualdad de condiciones que los hombres mientras que otro tanto compite por ver cual enseña más o cual es más “sexy” y atrae a más hombres sin ser conscientes de que se están vendiendo como si fuesen mercancía en un bonito expositor decorados con los lazos plásticos de una sociedad incapaz de avanzar. Que mientras miramos una estúpida pantalla todo lo que está alrededor se viene abajo y parece que a nadie le importa… que hay mujeres que mueren cada día intentando encajar en una talla perfecta inventada por multinacionales que jamás las utilizarían o que vivimos comiendo alimentos tan procesados que seguramente era más sano comer las tartas de tierra que hacíamos de pequeños. Que las personas son cada días más plásticas tanto física como mentalmente, que el materialismo está de moda y los sentimientos inventados son lo que se “presta”. Estamos en una dictadura, una guerra constante, un genocidio controlado y amaestrado de tal forma que no somos capaces de percibirlo… que nos tienen contentos como a ese perro que se va acorriendo detrás de una pelota que su amo realmente nunca soltó.


Sé que la mayor parte del tiempo soy demasiado ingenua y confío mucho en la belleza de un mundo que no se lo merece, pero tal vez… si consigo compartir o hacer comprender la magia que existe ahí fuera seamos cada vez más los soñadores que creemos que esto es especial, tiene solución y podemos realmente ser felices todos sin necesidad de aplastar a los demás.



J. J.

Paradez crónica con tendencia a la claustrofobia sentimental, locura severa y conductas persecutorias

No sé si es que me está atacando la melancolía, si las echo mucho de menos y las necesito aquí o nuestras conversaciones de larga distancia me hacen desearlo.

Pero quiero repetir, quiero otra noche por Londres en pijama sin sujetador y forradas para no pasar frío. Una noche en un hostal hablando con adolescentes de Bélgica o atractivos italianos mientras nos quitamos el maquillaje sin saber que nos entienden o unas tarde en una habitación de Hyde Park hablando de nuestros sueños, miedos, inseguridades y chicos perfectos e imaginarios.


Extraño el calor de las amigas paseando por la noche en una ciudad enorme cargada de personas buscando amor mientras nosotras somos torpes y sólo les ponemos ojitos. Tardes de museos imaginando citas perfectas y enamoramientos fugaces. Me gustaría probar una noche de películas, conversaciones eternas y comida chatarra; una tarde de cafetería sin nada mejor que hacer que beber cervezas y hablar mientras el reloj gira.

Quiero una noche de maquillaje, tacones de infarto y besos robados entre copas de Martini o cervezas. Paseando entre luces de neón, sonrisas encantadoras y cigarrillos de vainilla. Lápiz de labios rojos como máscara de fuerza, y mechones de pelo de colores como característica personal.


No debería desear todo esto porque prácticamente no lo he tenido, sería algo más parecido a un sueño de esos de siesta en verano. O puede que me esté haciendo mayor y empiece a comprender el valor de un grupo de piradas que te apoyen en todo y viven cerca para sacar a relucir al máximo la vena fémina, para ser frikis sin remedio o incluso un poco chicazos. Para ser nosotras en una especie de comedia romántica que al final acaba bien aunque las cosas estén como al principio de la película.

En definitiva quiero más tiempo, pero no de gran ciudad, simplemente más horas que perder haciendo nada y haciendo de todo con ellas… mis superheroínas de pelis en blanco y negro, de páginas de libro, de sonrisas sinceras y excentricidades especiales. Mis mejores complementos para una noche de fiesta, apoyo, comprensión y escapatoria de todo aquello que en el fondo puede que no queramos escapar. 

Mis unicornios especiales a los que a veces se les olvida lo increíbles y mágicas que pueden llegar a ser, y como roban miradas por las calles cargadas de gente sin siquiera ser capaces de notarlo. 


J. J. 

domingo, 18 de mayo de 2014

Somewhere, someone, sometime...

Son tantas las formas en las que podrías aparecer y tantas las maneras de encontrarte que no se ni por dónde empezar a buscarte. 


Tal vez debería dejar que me encuentres... Aunque esa ya no me parece una opción porque empiezo a pensar que te has perdido en el desierto de otros ojos sin una brújula, en el bosque de otro mar de caricias sin mapa, en una tormenta de besos apasionados sin un refugio. O puede que simplemente no sepas quien soy yo y que ando buscándote…

Hay días en que pienso que sería capaz de salir corriendo bajo la lluvia para encontrarte, pero luego veo todo en perspectiva y comprendo que no hay un lugar para ti; bueno, puede que concretamente no quiera hacerte un hueco. No es nada personal… pero no puedo, el simple hecho de planteármelo ya me hace ponerme tensa y cerrar las contraventanas, asegurarlas con un candado y tragarme la llave.

No sé cómo será tú cara, de qué color son tus ojos, si te gustará pasear por la playa en invierno o comerte unas galletas en la cama. No sé si querrás acompañarme a leer libros eternos uno detrás de otro o preferirás que salgamos a comer a pizza a nuestro restaurante habitual; no puedo saber siquiera si tendremos un restaurante de siempre. No puedo adivinar como será tu boca o si te morderás las uñas por los nervios. Me mata la intriga de saber si ya me habré cruzado contigo o por el contrario el destino aún tiene nuestras cuerdas demasiado tensas como para permitir un acercamiento sideral. Quisiera saber si vas a dejar que me vuelva loca de enfado y lance cosas con total calma o si responderás como un huracán de viento cálido en contacto con el frío, si te fumarás un cigarrillo detrás de otro de manera sexy o llevarás tatuajes. Si te atraerán las motos, la música retro o las cosas tan feas que al final acaban pareciendo adorables.

Me encantaría directamente saber si existes, si seré capaz de verte… si tendré el valor de hacerlo. No quiero perderte, me aterra la idea de dejar que sigas de largo por miedo, perderme eso tan bueno de lo que todo el mundo habla y tanto busca por gallina o despistada; pero he de admitir que soy más cobarde que una rata en un barco que se hunde y probablemente habré salido corriendo mucho antes de darme cuenta que puedes llegar a ser la persona por la que debería quedarme.


Ojalá pudiese espiarte por el huequito de una ventana rota para saber que estás ahí sin correr riesgos…


J. J. 

viernes, 16 de mayo de 2014

Happy birthday sweetheart!

Esos seres extraños que no sabes cómo llegaron hasta allí o en qué momento se volvieron tan importantes pero lo cierto es que son cruciales. Esas personas peculiares y mentalmente desequilibradas que te acompañan en todo sin importar que tan patético o peligroso pueda ser. Esas… que de verdad no te abandonan al final de un día horrible y lo dejan todo por contarte lo que les acaba de pasar o sólo porque quieren hablar.


Siempre he oído que todo tiene un final, pero a veces pienso que hay cosas que no acaban del todo, cambian, se transforman para siempre; pero no se pierden del todo. Porque si de verdad importa, nada puede hacer que deje de tener significado.

Hay muchas veces que las personas no sabemos apreciar aquello que tenemos cerca hasta que un desencadénate externo nos hace ver lo especial que es, y nos impulsa a cuidarlo y aprovecharlo sin importar las circunstancias. Y desde ese momento te haces totalmente consciente de que las cosas ya no volverán a ser las mismas nunca más…

Por eso, y porque se acerca tu cumple voy a hacer una mención especial (o al menos a intentarlo) sabes que la vida es una montaña rusa, que unas veces nos tiene en la cima y otras muy por debajo, que en ocasiones nos regala recuerdos muy especiales y en otras no tanto. Y también eres consciente de que así hemos sido siempre, unidas – alejadas – unidas otra vez.


Pero todo eso cambió con tu “nueva vida” no sé si nos empujó la situación, la distancia, o los otros acontecimientos que acompañaron a todo esto. Sólo puedo asegurarte que, y tú también lo sabes, las cosas han cambiado y están mejor que nunca, porque al menos yo, soy consciente de que te has convertido en una constante en mi vida sin importar los kilómetros que nos separan; y creo que ese es uno de los ingredientes cruciales para una verdadera amistad.

También es especial porque queremos compartirlo todo, como si estuviésemos viéndonos de frente, porque estas pirada, estoy pirada y nos entendemos. Además tenemos un don especial para meter la pata, hacer el ridículo y salir corriendo sin remordimientos o vergüenza alguna. Me comprendes como muy pocas personas son capaces de hacerlo y por supuesto me acompañas en todos mis enamoramientos ficticios con protagonistas de libros (porque en el fondo eso siempre es lo seguro)

Me quieres, aunque te saque de tus casillas, a veces sea algo bruta sentimentalmente hablando y en ocasiones te diga cosas que probablemente ya sabes y no quieres admitir ni tampoco oír. Pero lo siento pequeña, porque eso viene con el cargo de “BFF” y a ti te tocó una de las más pesadas que hay en el mercado.

Estoy segura, y siendo realistas tenemos que admitir que pese a los años que llevamos siendo uña y carne aún nos falta mucho camino por recorrer para comprendernos del todo, aunque a veces sólo es necesaria una mirada para saber lo que pasa por la cabeza de la otra; y en ocasiones ni siquiera hace falta eso, porque somos capaces de interpretar o comprender lo que pueda estar pensado, como si no nos leyéramos la mente.

Me está costando mucho no ser cursi, porque sé que no te gusta y a mí la verdad me cuesta ser sentimental, el problema es que estás lejos, te echo de menos y hay muchas cosas que me gustaría seguir haciendo en persona. Pero como tú ya has dicho en muchas ocasiones no nos hace falta estar cerca para seguir viviendo y sintiendo como si realmente pudiésemos estar haciendo tonterías juntas.

No sé cuánto nos vaya a durar esto, ni tampoco puedo prometer que sea para siempre, porque las cosas cambian, el tiempo pasa y las personas se transforman. A veces sin querer, otras porque lo necesitan, pero sabes tan bien como yo que es muy fácil que todo acabe sin darse cuenta. No puedo controlarlo, no sé qué pasará mañana, pero si voy a prometerte que todo el tiempo que esto nos deje será especial, mágico, loco, irreverente, divertido, “dramático”  e inolvidable.

Creo que también deberías saber que te admiro, y no sólo por ser inteligente y una mujer increíble sino porque eres muy valiente. Porque lo que estás haciendo ahora mismo no lo hace cualquiera, ni siquiera yo que solo de pensarlo ya me entra el miedito. Estas persiguiendo tus sueños, luchando por ellos, o al menos eso espero, que no los dejes tirados nunca, porque ellos han sido siempre uno de los mayores incentivos de nuestras vidas y dejarlos abandonados no tendría sentido, menos ahora.

Bueno no sé qué más decirte sin ponerme cursi o que suene a declaración romántica… sólo aclarar que no importa donde vayas, lo que hagas o esperes siempre te apoyaré, siempre que no te haga daño y aunque los demás no lo comprendan espero que sepas que yo estaré ahí. Sin importar la hora, el lugar, la situación o el momento, sin importar que tan loco o sinsentido pueda parecer, sin importar lo diferentes que podemos llegar a ser, puedes buscarme.

Sé que hemos dicho y redicho palabras similares en muchas ocasiones y al final acaban tiradas en la basura, pero espero que sepas ya, que pese a mis rarezas cuando algo va a enserio y aunque las cosas se vuelvan del revés, me dominé el malhumor o me ponga pesada… estaré ahí siempre que me necesites.

P/d: Espero que tu cumple estés genial y te guste mucho esa sorpresa que me han dicho que te han preparado. Que no llores mucho ni eches de menos todo esto, porque estoy segurísima de que ahí estas mejor. Sabes que ahora con lo vieja que te haces ya no me apetecerá ser tu amiga, pero bueno… jajaja
Nada negris, se feliz, lucha por todo lo que quieres, no te dejes vencer, deja de salir corriendo y consigue a alguien que no te deje escapar, pero sobre todo vive tu vida como si no hubiera mañana y no pierdas tu toque de pirada que tanto te caracteriza, porque aunque digan lo contrario, somos especiales, increíbles e insuperables aunque no les guste.



Muchos besitos cuñix. 

J. J. 

sábado, 26 de abril de 2014

High expectations

- Tienes demasiadas expectativas, Cielo... 
- ¿Y cuál es el problema? No está mal tener expectativas 
- Claro que no está mal temerlas, lo que pasa es que las tuyas son tan atlas que ni siquiera el hombre de tus sueños sería capaz de alcanzarlas. 
- Yo no... 
- ¿Y sabes cuál es la clave? –Dijo interrumpiéndola – Que hay muchas cosas que quieres con todas tus fuerzas y no te las admites ni siquiera a ti misma... Te aterran demasiado. Tus expectativas no son aspiraciones, son un muro de piedra que te rodea y te "protege" manteniéndote alejada de todo aquello que puede llegar a importarte.


J. J. 

sábado, 19 de abril de 2014

No sé cómo haces...


No sé cómo haces para que todo el mundo por la calle tenga tu cara.
No sé cómo te las ingenias para que cuando el viento sopla suene como un grave y profundo susurro tuyo.
No sé cómo consigues que cada trozo de mi comida favorita que saboreo sepa como tú.
No sé cómo puedes colgarte de las notas de una canción para despertarme como si estuvieras a mi lado.
No sé cómo has logrado que el sonido que hace una chocolatina al romperse suene resquebrajado, grueso y dulce como tu risa.
No sé cómo has sido capaz de impregnar con tu aroma la brisa inocente de invierno.

Pero lo que más me intriga y no llego a comprender es como eres capaz de pasearte por cada recoveco  de mi mente logrando que escriba sobre un amor sin dueño que aún no se ha inventado. 

J. J. 


viernes, 18 de abril de 2014

¿Es mi momento?

Puede que haya llegado el momento de dejarme arrastrar como un barco sin vela por el mar, tal vez todos a mi alrededor tengan razón y no estaría mal que me dejara llevar, que probara. A lo mejor ha llegado el punto en el que debo dejar de pasar de puntillas por estas situaciones haciendo piruetas de bailarina para evitarlas.

He de admitir que después de tantas conversaciones empieza a intrigarme todo aquello que me estoy perdiendo. Tal vez, sólo tal vez… se está acercando mi momento.

Pero tengo algo muy claro, no lo intentaré a menos que haga que se mueva el suelo bajo mis  pies, que sienta que todo alrededor se tambalea y es necesario seguir adelante.

De lo que sí estoy segura  es de qué no derribaré el inmenso muro, el frío castillo de piedra gris; pero sí dejaré que se marchen los guardias que lo protegen y custodian, puede que eso ayude a que las cosas empiecen a cambiar... 


J. J. 

lunes, 14 de abril de 2014


Tenía que dejar de una vez de ser una doña Arréglalo-todo, pensó. No podía ayudar a todas las almas en pena con las que se cruzaba en la vida. Sin embargo, no resultaba fácil dejar de hacerlo, recapacitó. 
Llevaba así demasiado tiempo así.
«Descubrirás muy pronto que la belleza solo es externa, pero la fealdad llega hasta lo más profundo».


miércoles, 2 de abril de 2014

Hoy pintemoslo todo de AZUL

¿Y por qué azul? Porque hoy se celebra el día mundial sobre concienciación del Autismo.

Por esta razón, se celebran a lo largo de todo el planeta numerosas actividades que pretenden hacer visible y crear comprensión sobre este raro trastorno. Como por ejemplo lanzamiento de globos, marchas o tal vez una de las más destacables es la que viste a todos los monumentos de azul; porque como medio para colaborar con la concienciación, muchos edificios emblemáticos de los diferentes países son iluminados con luces azules, mostrándonos no sólo un aspecto increíble de los mismo, sino además, una colaboración e intento de aceptación ciudadana.


Bueno, pero para aquellos/as que aun estén un poco descolocados les contamos un poco lo que es el TEA o Trastorno del Espectro Autista.

Se trata de una alteración en las funciones cerebrales que pueden ser de carácter profundo y permanente, que afecta, mayormente y entre otras cosas, la capacidad de relacionarse con otras personas y su entorno.

Suele manifestarse aproximadamente a los dos años de edad, momento hasta el cual los niños han tenido un desarrollo dentro lo “normal” y comienzan un retroceso de sus funciones desembocando en dicho trastorno que se divide entre leve, severo y de alta función. Mostrando en cada caso problemáticas más complejas, así como mayores dificultades de interrelación.

Las causas que lo provocan son desconocidas, aunque en muchos casos hay relación entre una alteración genética.  No es una enfermedad y como tal no tiene cura; y sus características más comunes son: la incapacidad o dificultad en las relaciones sociales, incapacidad o problemas para hablar, el aislamiento en sí mismos, movimientos estereotipados no controlados, reticencia o dificultad para aceptar los cambios así como la repetición de diferentes acciones. Se presenta también una falta de respuesta emocional y en muchos casos rechazo hacia el contacto físico.

Existen muchas terapias y formas de trabajo para conseguir que estos niños y niñas consigan llevar unas vidas lo más cómodas y adaptadas posibles, dónde se trabajan todos aquellos aspectos que les dificultan las relaciones sociales, procurando una integración en el entorno y una interacción lo más completa posible aceptando sus limitaciones y siguiendo ciertas pautas de orden para que ellos/as sean capaces de sentir estabilidad y control de lo que les rodea.



Para comprendan mejor el trastorno, o las personas que lo padecen, para que vean que la mayor parte de sus conductas no son intencionadas ni maliciosas y que es algo muy gratificante trabajar y convivir con ellos/as, les dejamos unas líneas increíbles escritas por Ángel Rivière (hecho presentación por Irene Martin Domarco) 
Esperamos esto les muestre un mundo y unos aspectos diferentes que les lleven mas allá en la comprensión de las diferentes tipologías, sensaciones y necesidades que presentan las personas con TEA, que no son sólo un niño quieto moviéndose atrás y adelante como se suele pensar.
Fuera estereotipos.




Bueno, esto no se parece en nada a lo que suelo publicar, pero siendo el día que es (y que tenía que hacerlo como tarea y me gustó) se los dejo aquí. 
Porque esto forma parte de lo que soy, una técnico en integración social con aspiraciones de pedagoga y un sin fin de sueños más.
J. J. 

lunes, 31 de marzo de 2014

El día que descubrí el secreto de los libros


No recuerdo exactamente cuando fue, sólo sé que no era una niña pequeña y que pasó por pura casualidad. Sé leer desde los 4 años, pero no es lo mismo: leer, que LEER; si bueno, sé que suena igual, pero en mi cabeza no es lo mismo.

Porque leer, es lo que hace todo el mundo cuando encuentra un papel, un cartel, una hoja, un periódico o incluso un libro.

Pero, LEER, es algo muy diferente. Es meterse en las páginas del libro, es vivir entre las letras.  Dormir en las vocales y caminar por las consonantes. Es saltar de punto a punto como si fueran piedras en un río, es colgarse de las comas y mirar entre los dos puntos. Es saltar a la comba con la U y jugar al hula hoop con la O. Es soñar y formar parte de la historia, es convertirse en princesa, orco, asesino en serie y extraterrestre. Es vivir en universos paralelos sin salir realmente del tuyo, es pasarse horas en un cambiar de páginas. Es volar como los peces o reptar jirafas. Es todo lo que quieras imaginar y mucho más. Es nunca estar solo, es pasar temporadas en las cabezas de otras personas y vivir otras vidas, es magia encerrada en un cofre sin candado.

Por eso hay una gran diferencia entre leer y LEER, y yo la descubrí cuando aprendí y me enamoré de leer algo porque me gustaba. Sucedió sin ser consciente, cuando un libro, el cual ni siquiera recuerdo cual fue, cayó en mis manos y lo devoré sin darme cuenta sintiéndome triste por perderlo y queriendo recuperarle en las páginas de otro.

Es como… ese amor verdadero del que nunca acabas de recuperarte, el beso perfecto que marca todos los demás. Ese que… vas buscando en todas partes y nunca encuentras porque sabes que el primero era perfecto, y ninguno será igual. Es la misma sensación, pero no es igual, o tal vez sí... Porque es el ansia de recuperar esas sensaciones, el bienestar que da perderse entre sus hojas, la desesperación por querer leerlo y el miedo a que se acabe. Es como una droga, difícil de dejar; de eso se trata, de que sea adictivo.


No recuerdo como se llamaba la primera persona que me hizo enamorarme de su libro, sólo sé que el día que comprendí que hay algo más que esas cosas que nos marcan leernos en clase, (la mayor parte de las veces aburridas) que no despiertan el amor; y además creo que,  si no todo el mundo ama a los libros, es porque no ha encontrado a su primer compañero perfecto. Y porque, no ha comprendido aun, el placer de la lectura por LEER, que el deber de hacerlo porque es lo que toca.

También recuerdo que en mi casa siempre ha habido libros, siempre me han enseñados a cuidarlos y a tratarlos como un tesoro, a protegerlos como si fueran mágicos y procurar que estén en las mejores condiciones a pesar de que el paso del tiempo endurezca sus páginas y las vuelva amarillas.

Pero como en todo lo demás, no comprendí lo que era el amor por los libros, hasta que me enamoré de uno… que ya no recuerdo como se llamaba, cuántas páginas tenía ni, cuanto tiempo duró.
Lo único que sé es que cambió mi vida, para siempre y desde él, el mundo ya no volvió a ser el mismo, nunca más.


Quiero que, entre otras cosas… llenes nuestra casa de libros.

J. J.