domingo, 2 de septiembre de 2012

Seres salvajes y libres.

Cuando éramos pequeñas dedicamos una tarde a cazar mariposas para observarlas con un microscopio de juguete y luego soltarlas.

Pero entonces descubrimos que si encierras una mariposa va perdiendo el color mientras intenta escapar.

Este recuerdo quedó grabado en mi memoria, la pequeña mariposa de color azúl cielo se movía tanto desesperada por escapar de la pequeña trampa que desprendía de sus alas una especie de polvos que parecían ser los que les daban el color.

Nos pusimos tan nerviosas que casi no podíamos abrir el recipiente donde la teníamos, se movía demasiado y parecía cada vez peor, pero finalmente, lo conseguimos y tras estar unos segundos algo torpe se dedico a pasear libremente por las flores del jardín hasta marcharse lejos.

Con los años y tras darle un significado más reflexivo y "filosófico" llegué a la conclusión de que: Cuando encierras seres vivos contra su voluntad van perdiendo su magia, pierden lo que les hace bonitos, especiales.

Y también comprendí que la gente hará todo lo posible por aplacar esa luz, por adueñarse de las cosas bonitas hasta no dejarles nada, hasta que ya pierden la esencia, transformándolas. Y cuando dejan de ser especiales las olvidan y las desechan.

La conclusión a la que quería llegar: Hay cosas que nacieron para ser libres, no se pueden encerrar porque entonces poco a poco se va muriendo su “magia”. 


Jenn..*