lunes, 14 de marzo de 2011

Sin paraguas!

Camino tranquilamente bajo la lluvia, con el paraguas metido en el bolso. Mirando como todo el mundo corre para refugiarse de ella como si fuese acido, metidos en sus mundos de plástico y preocupaciones de papel.

Mientras yo… camino entre esa multitud con mi música en las orejas, sin más, mirando hacia arriba y sonriendo cuando el frio me acaricia. Todo alrededor se mueve demasiado de prisa y nadie presta atención a nada que no sea sí mismo.

¿Qué más da que hoy en un arrebato de presentabilidad me haya maquillado y peinado y ahora el agua me haya dejado un aspecto horrible? Me basta con mantener mi sonrisa despreocupada desentonando entre la multitud imparable.

Si, sé que voy riéndome sola por la calle mientras me mojo o me resbalo y me caigo con mis viejas zapatillas, pero, ¿a quién le importa? ¿A ti que vas escondiéndote bajo tu paraguas y agitada vida de rectitud dentro de tus propias normas morales que no te permiten disfrutar de un día gris?

Sé que también me están mirando sin entender por estar escribiendo esto mientras espero el bus y les observo cada gesto, cada mirada o movimiento y sonrío como si estuviese loca.

Mi vida no es un camino de rosas, no puedo negarlo, seria de hipocritas; pero si puedo hacer que cada uno de mis días salga un enorme sol que me deje sonreír a gusto incluso cuando el clima sea deprimente.

Sí, me rio sola, me caigo y me rio más, bailo y canto canciones por la calle sin más compañía que mi música, camino despacito bajo la lluvia sin resguardarme, hago tonterías y vivo en mi mundo de nubes de caramelo; pero, ¿a quién le importa? Todos tienen demasiada prisa para pararse y disfrutar de lo que digo, aunque no tienen prisa para mirarme con caras llenas de dudas sobre qué hago…

Como nos gusta “preocuparnos” por la vida de los demás mientras la nuestra se cae a pedazos delante de la cara.




Jenn...*

No hay comentarios:

Publicar un comentario