sábado, 20 de agosto de 2011

I've got a bulletproof heart


¡Muy bien todos sentados! Vamos a comenzar con la función....

Comienza a levantarse con delicadeza el telón. La voz en off relata la historia al tiempo que nuestra pequeña princesa nos interpreta su infinito papel.


Cuenta la historia que había una chica acostumbrada a caminar sola, no importaba si hacía frió, calor o simplemente llovía. Estaba adaptada a andar sola sin importar que los enormes nubarrones no la dejasen ver sol.

A lo largo del camino se le unían muchas personas que intentaban quererla, pero les resultaba muy difícil, puesto que era mas fácil llegar a la cima del frío Everest que a su duro corazón.

Jamas nadie vio caer una sola de sus lágrimas, solo conseguían sonrisas que nunca lograran saber si eran reales o una simple mascara pintada a fuego.

Muchos creen conocerla y se creen satisfechos de sus logros, pero no se imaginan que nunca llegaran a saber que pasó y que pasará por su cabeza. Pueden creer que saben cuando está triste y cuando regala sonrisas verdaderas, pero la realidad es que jamas lograran descifrar si eso es real.

Tampoco ella hacía nada por llevarles la contraria. Dejaba que pensaran que ella era como les ilusionaba que fuese. Pasaba siempre sonriendo y complaciendo.


La verdad es que hay muchas cosas que le duelen, le enfadan y la hacen soñar... pero no saldrán nunca de los muros que ha construido para ella sola. Por que la debilidad no es una faceta que exista en su vida y en su teatro vació de expectores.

Tal vez, tras leer estas palabras y analizar al personaje muchos crean y vuelvan a afirmar que saben perfectamente como es y como actúa. Pero la verdad es que nuestra protagonista lleva una mascara cada día, mostrando actitudes diferentes para que nadie pueda descifrar realmente cual es la real.

Ya es hora de que se baje el telón, la función terminó, dejen de observar a la chica que esta escondida en su pequeño mundo de colores, necesita descansar...


Empieza a descender con suavidad el inmenso telón.

Da igual que no sea suficientemente buena, da igual que no sea simpática, da igual que sea una zorra... dejenla descansar, dejen de reparar en cada detalle, dejen que la actuación siga su curso, vuelvan a sus casas, vacíen el teatro, descasen encargándose de sus vidas.

Dejen que ella construya su pequeña función de titiritera de todos los días, que no se rompe, no se acaba, no se resquebraja...

El telón llega al final, rozando el suelo, la interpretación acabó. Algunos espectadores se levantan a aplaudir, otros con los ojos brillosos.
Mientras ella del otro lado... sigue interpretando su personaje sin que ningún observador se entere. Sin que a ninguno le importe mucho, por que en cuanto lleguen a casa se habrán olvidado ya de nuestra pequeña bailarina y de sus aventuras.




FIN

Jenn..*

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