domingo, 18 de mayo de 2014

Somewhere, someone, sometime...

Son tantas las formas en las que podrías aparecer y tantas las maneras de encontrarte que no se ni por dónde empezar a buscarte. 


Tal vez debería dejar que me encuentres... Aunque esa ya no me parece una opción porque empiezo a pensar que te has perdido en el desierto de otros ojos sin una brújula, en el bosque de otro mar de caricias sin mapa, en una tormenta de besos apasionados sin un refugio. O puede que simplemente no sepas quien soy yo y que ando buscándote…

Hay días en que pienso que sería capaz de salir corriendo bajo la lluvia para encontrarte, pero luego veo todo en perspectiva y comprendo que no hay un lugar para ti; bueno, puede que concretamente no quiera hacerte un hueco. No es nada personal… pero no puedo, el simple hecho de planteármelo ya me hace ponerme tensa y cerrar las contraventanas, asegurarlas con un candado y tragarme la llave.

No sé cómo será tú cara, de qué color son tus ojos, si te gustará pasear por la playa en invierno o comerte unas galletas en la cama. No sé si querrás acompañarme a leer libros eternos uno detrás de otro o preferirás que salgamos a comer a pizza a nuestro restaurante habitual; no puedo saber siquiera si tendremos un restaurante de siempre. No puedo adivinar como será tu boca o si te morderás las uñas por los nervios. Me mata la intriga de saber si ya me habré cruzado contigo o por el contrario el destino aún tiene nuestras cuerdas demasiado tensas como para permitir un acercamiento sideral. Quisiera saber si vas a dejar que me vuelva loca de enfado y lance cosas con total calma o si responderás como un huracán de viento cálido en contacto con el frío, si te fumarás un cigarrillo detrás de otro de manera sexy o llevarás tatuajes. Si te atraerán las motos, la música retro o las cosas tan feas que al final acaban pareciendo adorables.

Me encantaría directamente saber si existes, si seré capaz de verte… si tendré el valor de hacerlo. No quiero perderte, me aterra la idea de dejar que sigas de largo por miedo, perderme eso tan bueno de lo que todo el mundo habla y tanto busca por gallina o despistada; pero he de admitir que soy más cobarde que una rata en un barco que se hunde y probablemente habré salido corriendo mucho antes de darme cuenta que puedes llegar a ser la persona por la que debería quedarme.


Ojalá pudiese espiarte por el huequito de una ventana rota para saber que estás ahí sin correr riesgos…


J. J. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario